Origen e historia del zapato
El origen del zapato surge de la necesidad del ser humano de proteger sus pies de las inclemencias del tiempo, del frío, del calor, así como de piedras, espinas o posibles mordeduras de animales.
En territorios de clima frío los primeros zapatos tenían forma de botines y en zona de clima caliente su aspecto era algo más parecido a sandalias o mocasines.
Se estima que el uso del zapato se remonta entre 12.000 y 15.000 años AC.
Los primeros y rudimentarios zapatos eran simples bolsas de pie, fabricadas en cuero con la función de proteger el pie.
El calzado como elemento de estatus social
El origen del calzado comienza con la sandalia, en el antiguo Egipto se confeccionaban con paja trenzada o láminas de hoja de palmera y su uso era principalmente masculino, excluyendo a mujeres y esclavos.

Su uso era ceremonial, de forma que era habitual ver al faraón o alto mandatario seguido por un servidor que llevaba las zapatillas del señor.
Los faraones utilizaban sandalias con la punta elevada hacia el empeine y en la suela llevaban una representación gráfica de los enemigos vencidos simbolizando que les aplastaban a cada paso que daban.

El zapato pasó a ser un símbolo de estatus social ya que solo era usado por nobles y ricos, mientras el resto del pueblo caminaba descalzo.
Las sandalias dejaron de ser artículo de lujo en Mesopotamia, donde fue el calzado por antonomasia.
En la antigua Persia se utilizaba el calzado flexible: las persikai, calzado cómodo para mujeres y ancianos. Se conocía el borceguí o zapato de caza o calzado de viaje, así como las botas lazadas llamadas endromides.
El calzado en el Imperio Romano
Los ciudadanos del imperio romano usaban sandalias en casa: las solae, o simples suelas de cuero unidas al pie mediante correas y sujetas con lazos y cintajos.

El calzado solía combinar con el atuendo, por ejemplo, con la toga se usaba el calceus o especie de borceguí, de empeine recortado en varias tiras de cuero que se anudaban sobre el tobillo, que suele encontrarse en la mayoría de las estatuas.
Los patricios calzaban el mulleus de cuero rojo, anudado a la pantorrilla, con su media luna decorativa sobre el cuello del pie.
Evolución del zapato
El zapato tal como lo conocemos hoy comenzó su evolución a finales del siglo IV en el mundo bizantino tras la caída de Roma. Nacieron los zapatos cerrados y las chinelas de cuero marrón oscuro o negro.
Entre los siglos VII al X el calzado occidental se transformó. Son célebres por su elegancia los zapatos de Carlomagno. La Edad Media impuso nuevos derroteros. Triunfa el zapato en punta curva, moda sorprendente por lo poco práctico que resultaba.
En las culturas asiáticas las mujeres usaban zapatos pequeños, impidiendo el crecimiento natural del pie, ya que el pie pequeño en la mujer es símbolo de sensualidad y elegancia.
Una moda de origen español revolucionó el calzado a finales de la Edad Media: la de los chapines, moda que triunfó en Venecia y Florencia donde hicieron furor los zapatos de plataforma, de madera ligera forrados de tisú o cuero.

El diseño del calzado moderno
Uno de los pioneros en el diseño del calzado de moda fue Salvatore Ferragamo, apareciendo en 1940, y permaneciendo hoy por hoy una de las marcas más importantes a nivel mundial.
El desarrollo de hormas personalizadas para celebridades y personas de alto nivel socioeconómico así como puntos de venta exclusivos en las capitales de moda del mundo, como París, Londres y Milán son algunos de los aspectos que crearon un nuevo mundo de lujo en la industria del calzado. Otros diseñadores importantes incluyen a Christian Louboutin, Manolo Blahnik y Roger Vivier. Tras esto, grandes casas de moda como Chanel, Dior y Versace se incursionaron a crear sus propias líneas de calzado ya que anteriormente solo fabricaban ropa.
En conclusión, este viaje por la evolución del calzado prueba la importancia de esta prenda de vestir en la vida del ser humano.

Tipos de zapato
Actualmente podríamos clasificar el calzado en distintos tipos, como las sandalias, los zapatos, las zapatillas o las botas.
- Las sandalias proporcionan más aire fresco al pie.
- Las zapatillas permiten mayor capacidad de movimiento.
- Los zapatos aportan comodidad y elegancia.
- Las botas ofrecen mayor protección al frío y la humedad.
Partes del zapato
- Tacón: Pieza de madera sobre la que se apoya el talón.
- Suela: Es la superficie inferior y está en contacto con el suelo.
- Entresuela: Son las capas internas que unen la suela con el resto del zapato.
- Arco o bóveda: Es la horma que ayuda a mantener el arco plantar del pie apoyado.
- Punta: Es la parte frontal del zapato.
- Forro: Es la cubierta del zapato, de cuero o textil da su forma al zapato.
- Pala: Es una pieza que cubre el empeine en la parte exterior y se une con el forro.
- Plantilla: Es la horma del calzado, la superficie donde apoya el pie.
- Lengüeta: Es una pieza interna que facilita la apertura del calzado y cubre el empeine una vez cerrado.
- Collarín: Es el cuello del zapato, que va en contacto con el tobillo.
- Caña: Es la estructura que va desde el tobillo a la rodilla.
- Camellón: Es una pieza que suele ser de plástico que se encuentra entre la suela y la entresuela.
- Contrafuerte: Es la protección externa del talón.
- Amarres: es la forma en que el calzado se sujeta al pie, ya sea por medio de cordones, hebillas, cremalleras, etc.

El zapato en la actualidad
Actualmente existe una gran variedad de calzado, en función del uso al que se destina, una enorme diversidad de formas, estilos, colores.
De manera que cada persona tiene a su disposición multitud de opciones de calzado para usar en cualquier situación, desde el evento más selecto hasta actividades deportivas, calzado cómodo para el uso diario o calzado de protección para todo tipo de trabajo.